Ingredientes Químicos y Botánicos

NATURAL vs. SINTÉTICO

En general existe el preconcepto de que lo natural es bueno y lo sintético es malo, pero tenemos que entender que esto no es tan así. Lo sintético puede ser muy bueno y lo natural, si no está bien usado puede llegar a ser muy malo.

Magdalena Carreño @blossom.cosmetologia

Teniendo en cuenta esto, es necesario saber que cuando de química se trata, no todo es tan blanco o negro, y siempre se busca que la sumatoria de los ingredientes sea mejor que usarlos por separado. Esto aplica tanto para activos sintéticos como naturales. Dejando esto en claro, pasemos a hablar de 4 activos muy comunes en cosmética, 2 que podríamos considerar sintéticos y 2 naturales o botánicos.

ÁCIDO GLICÓLICO

Es un AHA (alfahidroxiácido) extraído de la caña de azúcar, podría decirse que es un activo natural, pero la realidad es que se requieren procesos químicos para extraerlo de la caña de azúcar y eso para mí lo lleva más al grupo de los sintéticos, pero partiendo de lo natural (¿se dan cuenta como las cosas no son tan blancas o negras en química cosmética?). Es el más pequeñito de este grupo, lo que lo hace penetrar más fácilmente en las capas de la piel. Dependiendo de la concentración y el pH con el que se trabaje, va a ser la función que va a cumplir. Tanto puede ser un hidratante, como antiedad, o en mayores concentraciones un queratolítico, esto significa que va a “disolver” el “cemento” que une las células de la capa más superficial de la piel, de forma de realizar una exfoliación química controlada. Ahora, si lo usamos en menores concentraciones, el ácido glicólico nos puede servir para “abrirle camino” a otro activo que quiera hacer penetrar mejor, esta función se llama “carrier”. Acá es donde entra en juego la combinación de activos.

En general este ácido se usa mayormente en pieles que están muy engrosadas o que buscan mejorar los signos del fotoenvejecimiento, siempre y cuando no estemos frente a una piel sensible (en este caso es necesario una evaluación previa de la piel para ver cuál sería la mejor combinación de activos a elegir). Por ser una molécula tan chiquita y penetrar tan fácil es normal que en concentraciones de uso profesional arda un poco, por lo que yo particularmente prefiero su uso en domicilio, ya que generalmente se encuentran fórmulas que están amortiguadas químicamente para que sean mejor toleradas.

ÁCIDO HIALURÓNICO

Es un ácido completamente distinto al que vimos anteriormente porque es una molécula super grande, no genera una exfoliación química y por ende no irrita ni arde, el cuerpo humano lo sintetiza y tiene la particularidad de ser un hidratante por excelencia. Como nombrábamos recién, el ácido hialurónico se encuentra normalmente en el cuerpo humano, por lo tanto su producción en la cosmética es totalmente sintética, pero una de sus particularidades es que es una molécula que está formada por la repetición de subunidades más pequeñas, lo que nos permite jugar con su peso molecular.

¿Qué significa esto? Bueno, podemos tener diferentes tamaños de hialurónicos para llegar a distintos niveles de profundidad de la piel, ya que la molécula completa es muy grande para lograr entrar. Otra de sus particularidades es que esta molécula es como una esponja y puede cargar 1000 veces su peso en agua. Ahora, imagínense muchas “esponjitas” de éstas debajo de su piel, cargando toda esa cantidad de agua, ¿se imaginan cómo va a verse esa piel? Se va a ver repulpada, más gordita, como inflada, y por ende con menos líneas, pero no porque le hayamos puesto un activo “antiarrugas”, sino porque la hidratamos desde adentro. Por eso siempre decimos que antes de pensar en un activo antiedad tenemos que hidratar, porque muchas veces, sólo con eso ya se mejora la apariencia.

MANZANILLA y JOJOBA

Antes, quiero explicarles un poco lo que les decía en la introducción sobre que si los activos naturales no están bien trabajados pueden llegar a ser dañinos para la piel. Me refiero al simple hecho de que, primero, no es lo mismo tomarse un té de manzanilla que aplicarlo en la piel, son formas distintas de aplicación y eso puede implicar distintas reacciones. Segundo, cuando nosotros estamos manipulando activos botánicos de forma casera, no tenemos forma de calcular la concentración a la que estamos trabajando. Si esta concentración termina siendo excesiva para la piel, se puede llegar a generar alguna reacción adversa como lo es la dermatitis de contacto por ejemplo.

Muy diferente es la manipulación de estos activos a nivel de laboratorio, porque el químico se preocupa de estudiar, investigar y probar cuál va a ser la concentración que mejor va a funcionar en la piel y esa concentración no sólo va a ser constante en todo el frasco que yo consuma, sino en todos los frascos de ese producto siempre. Eso me permite a mí, si existiera una reacción adversa, comunicarme con el laboratorio para saber cuál es la mejor manera de proceder para revertir esa situación.

MANZANILLA

Es una hierba perenne nativa de Europa y debe ser de los activos botánicos más populares en cosmética. Dentro de sus propiedades destacamos las descongestivas, anti-inflamatorias y calmantes, además de que también posee propiedades aromáticas relajantes, que logran un estado general muy placentero para cualquiera que lo use. Es muy común encontrar este activo presente en productos post peeling o para pieles sensibles, ya que es rico en un derivado del azuleno (conocido activo calmante y descongestivo).

JOJOBA

Es una planta originaria de la zona de América del Norte y sus semillas son las responsables de producir (por prensado) el aceite de Jojoba, que es la forma más habitual de encontrar este activo. Este aceite a diferencia de otros, no se oxida fácilmente, lo que lo hace más estable. Es que es muy similar al sebo natural de la piel, esto permite aplicarlo tanto en pieles secas, que necesitan un extra de oleosidad que naturalmente les falta, pero también en pieles grasas para “engañar” a la glándula sebácea haciéndole creer que ya hay suficiente sebo y que no produzca exceso. Es muy rico en vitamina E, lo que le da su poder antioxidante y también se evapora con menos facilidad que un hidratante a base de agua, lo que ayuda a que su poder nutritivo e hidratante permanezca por más tiempo en la piel. Retomando un poco lo que decíamos al principio de la sinergia entre los productos y que en la química cosmética generalmente buscamos que la sumatoria sea mayor (en beneficios) al uso de los activos de forma individual, cabe destacar que estos activos pueden ser todos combinados entre ellos de forma tal de que generen un producto final que combine propiedades de todos ellos, incluso, vale decir, que el aceite de jojoba también puede actuar como conservante natural por su función antimicrobiana.

¿Qué quiero decir con todo esto? Que cuando veamos los ingredientes de un producto no lo juzguemos por si tiene más o menos activos naturales o sintéticos, porque si están ahí fueron puestos por algo. Detrás de cada producto hay una investigación, y un proceso de prueba y error que nos asegura a nosotros (consumidores) que esa versión que estamos comprando, es la mejor que ese químico logró diseñar para cumplir con una necesidad que estamos buscando cubrir. Tengamos en cuenta además, que si llegó a nuestras manos a través de una farmacia o de un profesional que nos lo vendió es porque ese producto cumplió con un montón de estándares de calidad que le exige la ley para protegernos a nosotros de posibles daños a nuestra salud.

Magdalena Carreño – @blossom.cosmetologia